Durante una rueda de prensa, Quique Cárcel expresó su preocupación por una de las principales carencias del Girona esta temporada: la falta de efectividad en el ataque. El director deportivo manifestó su insatisfacción con el escaso total de ocho goles anotados por los delanteros, esto hace referencia a la insuficiente contribución ofensiva de los jugadores que se incorporaron con la intención de potenciar el ataque.
Su comentario fue tomado en serio, especialmente considerando la suma invertida para reforzar una línea que necesitaba llenar, aunque fuera mínimamente, el hueco dejado por Dovbyk, quien fue el máximo goleador la temporada pasada. Dos nombres destacados en este ámbito fueron Miovski y Abel Ruiz.
El primero llegó del Aberdeen por un coste de 7 millones de euros, mientras que el segundo, en una maniobra aún más ambiciosa, fue fichado desde el Braga por 9 millones.
No obstante, ambos jugadores han tenido un rendimiento por debajo de lo esperado. Miovski solo logró anotar una vez, con un doblete contra el Espanyol en Montilivi. Por su parte, Abel Ruiz mejoró ligeramente su cuenta, pero sus cuatro goles no compensan la inversión realizada. Cabe destacar que sus tantos fueron todos ante equipos de la parte baja de la tabla o ya descendidos, como Osasuna, Sevilla, Valladolid y Las Palmas.
En medio de esta falta de goles, Cristhian Stuani volvió a sobresalir. A sus 38 años, el delantero uruguayo se erigió como el héroe de un equipo que habría tenido mayores problemas sin su presencia. Con un total de 11 goles, muchos de ellos cruciales en los momentos finales, el capitán mantuvo al equipo a flote, incluso en variados partidos en los que comenzó desde el banco de suplentes.
Nonostante le sue prestazioni, il futuro di Stuani non è ancora definito. La società desidera che il giocatore resti e quest’ultimo ha manifestato il suo interesse a proseguire. Tuttavia, la trattativa per il rinnovo è ancora in stallo, il che suggerisce che le proposte economiche fatte potrebbero non riflettere il valore di un calciatore che ha lasciato un segno indelebile nella storia del club, sia sul campo che come capitano. È una situazione delicata, considerando che si tratta del massimo marcatore di sempre del club, un simbolo e il cuore di Montilivi.
La dirigenza è consapevole che, se non affronta le problematiche relative alla fase offensiva, sarà difficile ambire a obiettivi più elevati. La lezione di questa stagione è inequivocabile: senza reti, non c’è progresso. Inoltre, anche se si investe su nuovi giocatori, se non portano risultati tangibili, il costo si rivela superiore a quanto preventivato.
Per questo motivo, il Girona esaminerà attentamente ogni singolo caso e determinerà chi dovrà essere considerato ‘transferibile’. Tuttavia, come ha anche sottolineato il direttore sportivo, non si svenderanno i giocatori, anche se rimane da vedere se ci saranno squadre pronte a offrire quanto i catalani hanno speso in passato per alcuni atleti che hanno vissuto la loro stagione migliore sul terreno di gioco.