Ernesto Valverde jugó un papel crucial en el triunfo del Athletic Club contra el Alavés. Los cambios iniciales que realizó el entrenador gasteiztarra el domingo pasado en San Mamés fueron decisivos y transformaron el curso del derby, el último de la temporada para los leones.
La sólida defensa del equipo de Coudet comenzó a ceder tras las incorporaciones de Guruzeta y Unai Gómez, seguidas de Sancet poco después. Aunque no ocupaban sus posiciones tradicionales, Guruzeta y Unai se alinearon en las bandas, apoyados por De Marcos y Yuri.
Sancet, quien regresó tras perderse varios partidos, se colocó en el centro del campo. A partir de ese momento, el equipo bilbaíno logró crear espacio, atacar con determinación e incluso conseguir el gol que aseguró la victoria.
El reto que enfrentaba el Athletic contra el Alavés no era fácil. El Glorioso venía de una victoria ante el Girona, con una derrota ajustada frente al Real Madrid, un empate en el Pizjuán, una derrota ante la Real Sociedad y otro empate contra el Atlético en su propio campo. A lo largo de esos cinco partidos, los babazorros solo habían recibido dos goles en contra. Valverde se enfrentaba a un problema ofensivo importante, ya que el equipo había sido eliminado de la Europa League y contaba con la ausencia de los hermanos Williams y de Berenguer, además de que Sancet estaba lesionado. Para hacer frente a esta falta de jugadores clave, el técnico decidió iniciar con Olabarrieta, Canales y Djaló, colocándolos junto a Maroan. Tres de estos cuatro leones habían comenzado la actual temporada en la Primera RFEF. Aunque la primera decisión no resultó del todo efectiva, su estrategia fue un intento por revitalizar el ataque del equipo.
La difesa del Alavés affrontava con sicurezza le offensive del rinnovato team in rosso e bianco, senza particolari difficoltà. I difensori centrali degli ospiti erano coinvolti in un’ incessante lotta contro Maroan, costringendo l’arbitro a fermare frequentemente il gioco. L’allenatore dell’Athletic, riconoscendo la situazione, attese fino al minuto 55 per attingere ai sostituti. Fu in quel momento che Guruzeta e Unai Gómez entrarono in campo. Al donostiarra, tipicamente attaccante centrale, fu chiesto di posizionarsi sulla fascia destra, mentre al bermeotarra, solitamente impiegato in posizione centrale, fu riservata la fascia sinistra. Da quel punto in poi, l’Alavés cominciò a sentire la pressione, ma non a tal punto da indurre Valverde a mandare in campo Sancet. L’entrata di quest’ultimo si rivelò subito decisiva, poiché solo quattro minuti dopo il suo ingresso, l’Athletic trovò la rete della vittoria. Un’azione corale della squadra, con un contributo incluso del navarro, portò al gol segnato da Manu Sánchez nella propria porta, che Coudet stava già preparando a sostituire con Tenaglia; lui e Villalibre assistettero al passaggio del punteggio su 1-0 mentre erano pronti per entrare in campo insieme al quinto arbitro.