Ricardo de Burgos Bengoetxea ha dirigido un partido dinámico y entretenido, caracterizado por un claro dominio del equipo blaugrana. Se mantuvo lo suficientemente cerca de la acción para poder juzgar adecuadamente y, en total, sancionó 9 faltas a favor del Barça y 15 al Getafe.
Para garantizar un flujo continuo del encuentro, utilizó de manera apropiada la ley de la ventaja en varias ocasiones y demostró confianza en sus decisiones, mostrándose comprensivo ante algunas quejas de los futbolistas. De Burgos siempre tuvo el control del partido y, gracias a su capacidad de diálogo, gestionó eficazmente los pequeños enfrentamientos que surgieron.
Mostró un buen criterio al amonestar a Mario Martín por una entrada brusca a Koundé, a Raphinha por reanudar el juego sin esperar la distancia adecuada, a Liso por pisotear a Koundé, a Djené por otra entrada dura al mismo jugador, a Christensen por pisar a Liso y a Abqar por zancadillear a Lewandowski. El VAR, dirigido por José Luis Pulido Santana, no tuvo que intervenir debido a la ausencia de jugadas controvertidas. En el Johan Cruyff, De Burgos exhibió la autoridad necesaria para mantener las pequeñas disputas bajo control y, con el apoyo de sus asistentes, realizó un arbitraje adecuado.