La Real Sociedad no inició el encuentro con la confianza necesaria, lo que generó tensión y llevó a varios errores en pases y controles. Esto permitió que el Sevilla lograra cuatro saques de esquina durante los primeros 12 minutos. Sin embargo, la figura de Oyarzabal emergió.
En dos ocasiones, él fue crucial. Primero, luchó por un balón muy difícil, mantuvo la posesión y asistió a Guedes dentro del área antes de optar por el pase más simple a Aramburu, que era menos arriesgado. El centro de Guedes resultó decisivo, originando un penalti.
Yangel Herrera llegó por detrás con fuerza y provocó que Cardoso, en una posición incómoda, tocase el balón con la mano. El árbitro, Adrián Cordero, no dudó en señalar la pena máxima, y el VAR confirmó su decisión a pesar de las quejas del Sevilla. Aunque Brais tenía el balón, su jugada fue una táctica moderna para despistar y atraer la presión. Cuando llegó el momento de ejecutar el tiro, Oyarzabal apareció nuevamente. Como líder del equipo, se encargó de la responsabilidad en momentos críticos. Con un potente disparo con la izquierda hacia el lado derecho, engañó a Vlachodimos y estableció el 1-0 para la Real en el minuto 19, marcando su tercer gol de la temporada. Este tanto representó un avance significativo, considerando la importancia de adelantarse en el marcador y los efectos que tuvo para el rival. La satisfacción de este gol fue breve, ya que Gudelj, con algo de fortuna tras desviar un tiro de Jon Martín, empató mediante una jugada de estrategia en un tiro libre lateral. Después de esto, Yangel sufrió una lesión y fue sustituido por Soler, pero la Real lograría ponerse adelante una vez más gracias a un nuevo error de la defensa sevillista. Una vez más, fue Oyarzabal quien aprovechó, enviando al fondo de la red un balón suelto en el área que provenía de un saque de banda del equipo contrario.
