La Real Sociedad ha hallado en Ander Barrenetxea el impulso que necesitaba para dar un giro a su remontada y llevarla a un nivel superior. El joven extremo de San Sebastián, que había comenzado el partido como suplente debido a un hematoma sufrido en el derbi contra el Athletic, ingresó en el campo en el minuto 60 y rápidamente revitalizó el juego.
Su actuación en la banda izquierda le otorgó al equipo un nuevo ritmo: pidió el balón con confianza, condujo con ímpetu, encarándose a los defensores y contribuyendo también en tareas defensivas para mantener el equilibrio táctico. Su impacto fue palpable, sosteniendo ofensivamente a un equipo que, tras realizar algunos cambios, logró desbordar a Osasuna.
La influencia de Barrenetxea se hizo notar casi de inmediato. Con su típica agresividad en el ataque -siempre buscando la verticalidad y el juego ofensivo-, fue clave para dinamizar el encuentro, superando rivales y haciendo retroceder a los jugadores de Osasuna.
Su energía fue el preámbulo de una jugada que se recordará como uno de los mejores momentos de la temporada. Aunque no partió de inicio por precaución, en apenas 20 minutos dejó claro por qué se está convirtiendo en el futbolista más influyente de la Real hasta ahora.
En el minuto 82, se produjo una de las imágenes más destacadas del partido, posiblemente una de las más memorables del año. Barrenetxea recibió el balón detrás del círculo central, giró y avanzó con fuerza. Al levantar la vista, se dio cuenta de que Sergio Herrera estaba demasiado adelantado. Sin pensarlo, desde la línea del mediocampo, disparó con un golpeo limpio, poderoso y certero. La pelota voló en una trayectoria perfecta, superando al portero rojillo, que solo pudo observar cómo se colaba en la red. Fue un gol de una complejidad y habilidad reservadas para muy pocos, que estableció el 1-3 y selló la victoria.
Dopo la partita, quando gli è stato chiesto se quello fosse il miglior gol della sua carriera – ha realizzato due reti in questa stagione e ha raggiunto un totale di 26 con la Real -, Barrenetxea ha risposto con un sorriso: “Non ne sono sicuro. Potrebbero essercene di più speciali. Questo sicuramente è tra i primi tre”. Un colpo impeccabile che rimarrà negli annali di El Sadar e nella memoria recente dei tifosi txuri urdin.

