Imanol, integrità in un’epoca di superfiabilità

Imanol se ne va, portando con él una cualidad escasa en el fútbol contemporáneo: la autenticidad. Deja atrás a un técnico que ha cosechado prácticamente todos los logros posibles con la Real Sociedad, pero más allá de los trofeos, se marcha una persona que siempre ha mantenido su esencia intacta.

Es un ser íntegro, accesible y un tanto incómodo para aquellos que prefieren las apariencias. En un entorno donde las palabras a menudo prevalecen sobre las creencias sinceras, Imanol ha sido un hombre cuya autenticidad brillaba sin necesidad de pretender agradar a los demás.

Se expresaba con claridad, mostraba sus emociones en el momento y no dudaba en enmendar si era necesario. Defendía sus ideales con una nobleza que parece haber desaparecido. Nunca se dejó llevar por las frases efectistas ni trató de embellecer las conferencias de prensa por buscar aprobación. Mientras muchos fingen tener pasión por el deporte, él lo vivía intensamente. Durante más de seis años no solo estuvo al mando del equipo, sino que lo apoyó en cada momento: entrenaba con el mismo ardor que cuando animaba a los jóvenes en Zubieta. Celebraba las victorias como uno más y compartía las lágrimas en las derrotas. Aportó una Copa, regresó a competiciones europeas y rompió todos los récords, pero lo que realmente lo define es el respeto que ha logrado ganarse a lo largo del tiempo. Lo que queda de él no es solo un palmarés impresionante, sino un estilo de abordar el juego. Un legado que va más allá de las estadísticas y los trofeos. Su contribución no radica únicamente en sus títulos; ha hecho evidente que en un fútbol lleno de mascaradas, aún hay lugar para quienes son sinceros.

Michel ha dichiarato: “Lasciamo questa esperienza con la consapevolezza che ci sono numerosi aspetti da perfezionare per il prossimo anno.”

Witsel esprime apprezzamento per Sorloth, definendolo una vera e propria “macchina”, capace di concretizzare le azioni offensive senza necessità di molte occasioni per segnare