Rafa Benítez rappresenta una complicazione per il Celta, ostacolando così i suoi sforzi di acquisto

Rafa Benítez ha dejado su puesto en el Celta de Vigo en marzo del año anterior, pero su salida fue solo del área técnica. Actualmente, el club gallego sigue enfrentando los efectos negativos de su despido, lo que ha influido notablemente en su situación económica, especialmente en este periodo de transferencias.

Al irse, el entrenador de Madrid exigió una indemnización de 9 millones por las tres temporadas incluidas en su contrato. Por otro lado, la gestión del club sostenía que solo correspondían seis millones, argumentando que el tercer año era opcional.

Finalmente, se logró un acuerdo por un monto intermedio de 7,7 millones, que se pagará de manera escalonada hasta 2027.

En esta situación se encuentra el Celta, lo que dificulta la posibilidad de realizar fichajes que le interesarían. Aquí es donde entra en juego la figura de Marcos Garcés, el director deportivo del equipo, quien debe ingeniárselas para generar ingresos adicionales.

A su favor, el equipo dirigido por Claudio Giráldez logró clasificarse el año pasado para competiciones europeas, lo que proporcionará un impulso financiero. Sin embargo, esto no será suficiente, y el Celta deberá reducir su masa salarial y ser prudente en cada una de las transacciones que lleve a cabo.

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